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El Taller se celebró a primera hora de la mañana con el grupo de 6º de primaria del colegio San Juan Bautista y a continuación con el grupo del grado medio de Técnico en Conducción de Actividades Físico- deportivas en el Medio Natural del I.E.S. Diego Rodríguez Estrada.

Con motivo del Día Mundial sin Alcohol que se celebra este 15 de noviembre, desde el Ayuntamiento a través del Programa San Juan del Puerto Previene se ha organizado en coordinación con el IES Diego Rodríguez Estrada y con el colegio San Juan Bautista el Taller “Ojo con el Viernes Noche”, con el fin de concienciar al alumnado acerca de los peligros y efectos del consumo del alcohol y demostrarles que se puede disfrutar sin consumir sustancias nocivas.

El Taller se ha realizado a primera hora de la mañana con el grupo de 6º de primaria de colegio San Juan Bautista y a continuación con el grupo del grado medio de Técnico en Conducción de Actividades Físico- deportivas en el Medio Natural del I.E.S. Diego Rodríguez Estrada.

Los contenidos que se trabajaron fueron: los estereotipos ligados a los consumos, los factores de riesgo y de protección, y los efectos beber alcohol. Para ello se utilizaron unas gafas que simulaban dos niveles de graduación alcohólica que el alumnado se fue colocando y con las cuales pudieron percibir visualmente los efectos negativos del consumo. Son actividades realizadas con materiales cedidos desde la Unidad de Prevención Social de la Diputación de Huelva.

El consumo de alcohol es una de las conductas de riesgo más frecuentes entre los adolescentes. Representa un riesgo por sí mismo y por los problemas asociados que plantea, como, por ejemplo, accidentes de tráfico, sexo sin protección, violencia, dificultades académicas y adicción en la vida adulta.

El consumo de alcohol es tan perjudicial en la adolescencia porque su consumo intermitente provoca daños cerebrales con alteraciones de la conducta y de la memoria. Estos hechos pueden dar lugar a trastornos del aprendizaje. Igualmente, los niveles de alcohol en sangre son proporcionalmente más altos, a igualdad de consumo, que en otras etapas de la vida. El adolescente muestra antes los signos de la embriaguez y el daño cerebral es, por lo tanto, mayor. De hecho, los adolescentes son menos sensibles a los efectos sedantes y a los trastornos motores que produce el alcohol, lo que limita su percepción de riesgo ante el consumo de alcohol y da lugar a mayores síntomas de excitación, y menores de sedación en caso de embriaguez.

Los padres pueden intervenir para prevenir tanto el consumo de alcohol como los problemas derivados del mismo en la adolescencia desempeñando un papel muy importante en la prevención de conductas perjudiciales para sus hijos. Este es el Decálogo para madres y padres en relación al consumo de alcohol:

1.- Dialogar con los hijos aprovechando aquellas oportunidades en las que estén predispuestos a hablar y no solo cuando nosotros queramos hablar con ellos.

2.- Fomentar actividades de ocio y aficiones comunes, encontrando la forma de divertirse con ellos.

3.- Tener un proyecto educativo individual para cada hijo.

4.- Transmitir valores.

5.- Transmitir los valores propios de la comunidad a la que se pertenece y fomentar la pertenencia a ella.

6.- Enseñar moderación (sobriedad) en general y en el uso del dinero en particular.

7.- Ofrecer un modelo adecuado con el propio consumo de alcohol. Dar ejemplo de sobriedad en el consumo de alcohol.

8.- Conocer a sus amigos y a su pandilla y dar alternativas a tener un ocio saludable.

 9.- Mantener unos horarios razonables pero firmes en las «salidas».

10.- Reforzar positivamente las conductas que lo merezcan y negativamente las que requieran corrección, señalando estas últimas y explicando la actuación correcta, pero sin descalificar a las personas.

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