El emotivo acto se celebró en el Polideportivo Municipal, donde la alcaldesa Rocío Cárdenas hizo entrega del reconocimiento acordado en el Pleno del pasado 10 de enero, Dia de San Juan del Puerto a una representación de trabajadores de la propia Residencia.
El pasado 10 de enero, el Pleno extraordinario con motivo del Día de San Juan del Puerto, aprobaba con el apoyo de la corporación municipal y por acuerdo unánime de todos los grupos políticos, la concesión de la Medalla de la Villa a la Residencia de Mayores “San Joaquín y Santa Ana” conforme al actual reglamento de honores y distinciones del Ayuntamiento.
En principio, la intención fue que dicha entrega se realizase en un acto público, el pasado 19 de marzo, fecha en la que se cumplían precisamente 25 años desde que fue bendecida, pero la situación como consecuencia del Covid-19 no lo aconsejó.
Es por ello que finalmente se pospuso hasta el día de ayer, en el que finalmente pudo llevarse a cabo, aunque cambiando el escenario habitual del Teatro Municipal Juan Alonso de Guzmán, por el del Polideportivo Municipal, en un recinto abierto, con muchas más opciones para mantener la distancia social y en definitiva más acorde y seguro para la época que nos está tocando vivir.
El acto contó con la presencia de la alcaldesa y su equipo de gobierno además de parte de la corporación municipal, trabajadores y trabajadoras de la Residencia de Mayores junto a la dirección de la misma, residentes junto a algunos familiares, el párroco actual de la localidad, Fco. Javier Real y uno que lo hizo durante muchos años como Victoriano Solís, no pudiendo asistir el impulsor de la misma Celestino Gómez Jaldón, ni el ex alcalde Francisco de Asís Orta Bonilla, otro de sus grandes baluartes, pero que serían muy recordados a lo largo de todo el homenaje.
El momento culmen de la noche llegó cuando la alcaldesa hacía entrega de la Medalla de la Villa a una representación de los trabajadores de la Residencia con mayor antigüedad en cada una de sus categorías, levantando el aplauso unánime de todos los asistentes.
Anteriormente también se quiso tener un recuerdo a título póstumo con distintos miembros de la Asociación por su contribución a la construcción de la Residencia, entre los que se encontraban, Juan Amador Mántaras, Juan José Rebollo, Rafael Rebollo, José Mª Vides, José Diego Toro, Juan Cruz y Antonio Martín, que fueron recogidos por alguno de sus familiares.
Igualmente se tuvo un detalle con los párrocos Victoriano Solís e Isaac Moreno que también estarían al frente de la misma, y por supuesto con el alma máter e impulsor de la misma, Celestino Gómez Jaldón y el alcalde de aquel momento Fco. Asís Orta Bonilla que sería otro de sus grandes baluartes.
Recordar que es a lo largo de 1992 cuando se inician los preparativos en San Juan del Puerto para que el municipio dispusiera de una residencia de mayores. Los primeros cálculos aproximados de su coste arrojarían una cantidad cercana a los 50 millones de pesetas. En esa época, el Ayuntamiento de entonces barajó la posibilidad, antes que ninguna otra institución, de hacerla realidad. Aunque el enfoque inicial podía haber sido la gestión desde la institución pública, nuestro Ayuntamiento, por consejo y recomendación del párroco de aquel momento, decidió que dicha gestión se llevara a efecto desde el ámbito concertado potenciando el voluntariado y el compromiso social.
Ladrillo a ladrillo, ficha a ficha, paso a paso, el vecindario de San Juan del Puerto con aportaciones individuales hizo un esfuerzo titánico para que la residencia de mayores fuese una feliz realidad. Y así, con el respaldo además de sus administraciones más cercanas, las obras que consiguieron levantar los sanjuaneros y sanjuaneras al cien por cien, tendrían al frente de la parroquia a Celestino Gómez Jaldón y a Francisco de Asís Orta Bonilla en el Ayuntamiento, institución que adquiere a la parroquia en 1993 y como primer paso relevante para su financiación, el denominado ‘Club Junior’ por importe de 12 millones de pesetas, cuyas dependencias se convertirían tres años después en el nuevo Teatro Municipal.
La residencia de personas mayores “San Joaquín y Santa Ana” fue bendecida el 19 de marzo de 1996, festividad de San José, y su primera residente fue Dolores Minchón. Hoy, la residencia de San Juan del Puerto cuenta con un total de 31 trabajadores, plantilla que tuvo que reforzarse en el período de pandemia del Covid-19 con un total de 13 trabajadores más y cuenta con 37 plazas para residentes. Desde su puesta en marcha, nuestra residencia ha acogido un total de 233 usuarios.
La Residencia “San Joaquín y Santa Ana” lleva trabajando desde 1996 con personas mayores de nuestro municipio y de la provincia de Huelva. Este duro y a la vez gratificante trabajo, ha tenido un punto de inflexión con la llegada del Covid-19 a nuestras vidas. En efecto, la pandemia ha servido para resaltar su potencial y hacer frente a nuevas adversidades y retos.
La alcaldesa, Roció Cárdenas, manifestaba “con este reconocimiento se quiere poner en valor el compromiso social y el compromiso con los mayores, y sin duda este era el año de hacerlo. Nuestra Residencia es nuestro hogar, es nuestra familia. Nuestra deuda siempre debe ser perpetua con aquellos que nos traspasaron todas nuestras tradiciones. Hoy estamos homenajeando a esa tarea que se iniciaba hace ya casi tres décadas y que con el esfuerzo y tesón de los sanjuaneros y sanjuaneras se pudo llevar a cabo. El pueblo está con vosotros «. “Es un honor como alcaldesa el poderos otorgar esta medalla que me evoca tantos recuerdos; por eso tengo claro que aquel proyecto que consiguió activar la implicación, la ilusión y el compromiso de todo el pueblo, junto con nuestra parroquia y el Ayuntamiento, no solamente fue una feliz realidad que por fin se consiguió, fue un éxito de toda la vecindad y un proyecto que abrió sus puertas a la acogida de nuestros mayores por primera vez en 1996”.
Por su parte la directora de la Residencia de Mayores “San Joaquín y Santa Ana”, Aurora Vélez quiso expresar su agradecimiento al Ayuntamiento, “no sólo por el reconocimiento otorgado esta noche, si no sobre todo por haber estado siempre al lado de la Residencia y sobre todo en los momentos más difíciles no dejándonos en ningún momento solos”. “Somos una gran familia de la que todos nos sentimos muy orgullosos de formar parte”.
También tuvo su momento reivindicativo ante los cambios que se aproximan en la Residencia por parte del obispado: “en nombre de los trabajadores, los mayores, sus familias y del sentir del pueblo, esperamos que la persona elegida sea capaz de combinar la parte de gestión con la labor social y humana que tiene una Residencia. Lo más importante son siempre las personas, es el patrimonio humano y nosotros tenemos uno extraordinario. Un pueblo se define por cómo trata a sus mayores, el nuestro ya ha dicho cómo quiere hacerlo, sigamos haciéndolo, pedimos de verdad que se garantice y se le sigan dando las oportunidades, la esperanza, el respeto, el cariño, el trato digno y de calidad que se merecen. Lo que somos hoy se lo debemos a ellos, a nuestros abuelos y abuelas, por favor que no se nos olvide nunca”, concluyó.